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23 junio 2009

De Peñamellera a Colombia

1. Introducción

Asturias y emigración es una constante histórica. Desde siempre las dificultades y la dureza del medio han obligado a los asturianos a buscar la fortuna y aun la subsistencia en otras tierras. En general, emigración y necesidad han sido una misma cosa. Nadie ha emprendido la incierta y dura aventura de la emigración sino es empujado por la necesidad en su mas estricto sentido o, al menos y en el mejor de los casos, por la imposibilidad de mejorar de fortuna en su propio pueblo.

Son muchas las historias que tenemos presentes en relación a Cuba, Méjico y Argentina, los destinos en iberoamerica que mayoritariamente han acogido a los emigrantes asturianos. Pero hay otras esforzadas historias, en otros destinos, y uno en particular: la provincia de Santa Marta en Colombia, donde varios hijos de Peñamellera tuvieron una presencia notable y relevante desde principios del siglo XVIII.

2. La emigración de Peñamellera a Colombia

A principios del siglo XVIII José y Juan Bautista de Mier y de la Torre llegaron y se establecieron en Mompox, Colombia. José y Juan Bautista de Mier y de la Torre eran hijos de Fernando Antonio de Mier Escandon y Toribia de la Torre, ambos vecinos del pueblo de Mier, donde Fernando Antonio ejerció como escribano por el Valle Alto.

Como era habitual, una vez establecidos en Mompox José y Juan Bautista y atraídos por su éxito, llegaron varios sobrinos suyos y entre ellos Gonzalo José de Hoyos y Mier, Toribio Trespalacios y Mier y Jose Fernando de Mier y Guerra.

Con el tiempo a Juan Bautista de Mier y de la Torre se le concedió por Real Despacho de 13 de agosto de 1744 el título de Marqués de Santa Coa, y Gonzalo José Hoyos y Mier recibió el titulo de Marques de Torre Hoyos. Todavía hoy se conservan en Mompox, como una de sus edificaciones históricas más emblemáticas, la que se conoce como Casa de los Portales de la Marquesas en la que habitaron en parte la Marquesa de Torre Hoyos y en parte el Marqués de Santa Coa.

Por su parte, José Fernando de Mier y Guerra obtuvo el grado de Maestre de Campo, fue caballero de la Orden de Santiago y recibió de la corona española la misión de asentar los pueblos en la antigua provincia de Santa Marta. Entre otras, José Fernando de Mier fundó en 1747 la ciudad colombiana de Nuestra Señora del Carmen de Barrancas, cerca de Mompox y en la baranda oriental del rio Magdalena, que colonizo trayendo consigo aproximadamente 120 personas entre los que figuraban las familias Guerra, Ospino, Rodríguez, Trespalacios, Rangel y Yépez. En 1751 reorganizo la ciudad de Cienaga y en el año 1752 fundo la ciudad de Remolino.

3. El caso de Joaquín de Mier y Benítez: sus orígenes

Mención aparte merece sin duda el caso de Joaquín de Mier y Benítez, cuyo protagonismo económico y social en Santa Marta ha sido objeto de estudio por Joaquín Viloria de la Hoz en su obra EMPRESARIOS DE SANTA MARTA: EL CASO DE JOAQUIN Y MANUEL DE MIER, 1800-1896, publicado en noviembre del 2000 por el BANCO DE LA REPUBLICA DE CARTAGENA DE INDIAS en CUADERNOS DE HISTORIA ECONÓMICA Y EMPRESARIAL.


Joaquín de Mier y Benítez nació en Cádiz el 15 de abril de 1787, hijo de Manuel Faustino de Mier y Teran, nieto este a su vez de Clara de Mier y Guerra que era la hermana de José de Mier y Guerra antes referido, descendientes todos ellos por tanto de Fernando Antonio de Mier Escandon, vecino y escribano del pueblo de Mier.

Los padres de Joaquín de Mier desembarcaron en Cartagena de Indias en el año 1791, cuando él tenía solo 4 años. En aquella plaza, Manuel Faustino de Mier y Teran se dedico al comercio con irregular fortuna, hasta que a inicios del siglo XIX sufrió su primera quiebra, incidente que le llevo a trasladarse hasta Santa Marta.

Establecido en Santa Marta, Manuel Faustino de Mier se recupero económicamente y en 1803 fue alcalde de la ciudad. No obstante, poco le había de durar la fortuna: en 1807 se vio implicado en varias diligencias judiciales como sospechoso de contrabando, 1808 volvía a declararse en quiebra, en 1810 cayo gravemente enfermo a punto de morir y en 1813, durante la guerra de la independencia, en un viaje a Caracas para comprar armas para las tropas realistas, cayo prisionero de los independentistas y murió en la prisión de Cartagena con 47 años.

4. La actividad empresarial de Joaquín de Mier y Benítez

La fortuna - o el buen sentido - que nunca acompaño a Manuel Faustino de Mier, tuvo un favorito en su hijo Joaquín. Ya en 1810 y en Santa Marta, Joaquín de Mier estaba considerado como un hombre de reputación y criterio que actuaba en la plaza como apoderado de diversos comerciantes de Santa Marta, Cuba y Puerto Rico. En 1811 y 1814 fue alcalde de la referida ciudad.

Siendo Capitán del Regimiento de Infantería de Santa Marta, cuando en 1820 la ciudad fue tomada por las tropas libertadoras, Joaquín de Mier, nacido español y monarquista, hizo suya la causa de la independencia entregándose a ella sin reservas.

Entonces, en la década de los 20, toda su fortuna era su casa de Santa Marta, una goleta y la hacienda de San Pedro Alejandrino que había sido de su padre y él pudo recuperar hacía uno años en una subasta judicial. En aquella época de agitación política y militar constante, Joaquín de Mier se inicio en el comercio de armas y pertrechos con destino al ejército libertador de Nueva Granada y en 1823 ya se le consideraba como uno de los hombres más acaudalados de la región.

Con el tiempo, además de la hacienda San Pedro Alejandrino, José de Mier compró casi todas las tierras que se extendían a lo largo de la acequia Minca y el rio Gaira, asi como varias casas (31, en 1861 año de su muerte) y solares (8, en la misma fecha) en la ciudad de Santa Marta. En 1838 adquirió la hacienda de Minca, una de las más antiguas plantaciones de café de América, con 100.000 cafetos plantados y un producto de reconocido prestigio.

Joaquín de Mier, con su hijo, participo en la sociedad que impulso la construcción del ferrocarril de Santa Marta y fue también armador y propietario de varias goletas y vapores, dedicándose al transporte marítimo con el resto de puertos del Caribe y algunos destinos europeos, así como al transporte fluvial con vapores por el río Magdalena.

Su hijo, Manuel Julian de Mier aparecía en 1862 como el principal contribuyente en la lista de contribuyentes del estado de Magdalena, con un patrimonio de 39.380 pesos, casi el doble que lo que acreditaba el aleman Carl Simmonds, que era la segunda fortuna del estado.

5. Joaquín de Mier y Simón Bolívar

En gratitud a los servicios prestados en lo militar al gobierno republicano, en 1822 Joaquín de Mier fue nombrado Teniente Coronel de Milicias y ascendido en 1830 a Coronel.

Ese mismo año, Simón Bolívar se retiro a descansar unos días en la casa de Joaquín de Mier de la hacienda de San Pedro Alejandrino lugar en el que murió el día 17 de diciembre de 1830. De hecho, Joaquín de Mier y Benítez figura como testigo en el testamento del Simón Bolívar
y estuvo presente al redactarse la última proclama del Libertador a los pueblos de Colombia, en la Hacienda de San Pedro Alejandrino. Hoy la hacienda es la sede de la Fundación Museo Bolivariano.

6. De la memoria

De los hijos de Joaquín de Mier, uno se quedaron en Santa Marta pero otros se establecieron en Bogota, NuevaYork y Paris. Hoy, probablemente ninguno de sus descendientes sabrá del origen de su familia y casi con seguridad ni siquiera tengan noticia de los valles que sus antepasados dejaron hace más de 200 años.

Aquí, ahora nos esforzamos en recordar a aquellos cuyo recuerdo perdimos con los años y en la distancia. El sufrimiento de los que marcharon - como el de los que quedaron aquí - y sus logros, no pueden quedar en el olvido. Con este objetivo y para rendir homenaje a todos ellos, debemos esforzarnos en recuperar y difundir su memoria. En definitiva, la historia de aquellos que marcharon es también parte de nuestra historia

Fernando Pérez de Mier (1595)

Natural de Mier. Hijo de Fernando Pérez de Mier y Elvira de Trespalacios. Nieto de Pedro Sánchez de Mier y Clara de Cosio.

Fue señor de la Casa de Mier. Citado como Fernando Mier (
que no Pérez de Mier), vecino de Mier con su esposa, como abuelos paternos de Pedro de Mier y Cosio en el expediente para la concesión del título de caballero de la orden de Calatrava (ES.28079.AHN/12.5.1.1//OM-EXPEDIENTILLOS,N.11008).

En las pruebas para la concesión del título de Caballero de la Orden de Calatrava de su nieto Pedro (ES.28079.AHN/12.2.6//OM-CABALLEROS_CALATRAVA,EXP. 1645) el testigo 8 le cita en el apartado 5 y dice que fue Alcalde del Valle de Peñamellera por el estado noble. Otorgo testamento por conferido a su esposa para testar ante Juan Posada en 1595 o 97, reconociendo por hijo legítimo entre otros a Fernando de Mier, según consta todo ello en la pag. 39 de las probanzas de Pedro de Mier y Cosio. Juez ordinario del Valle de Peñamellera en 1602 según testimonio en la pag. 41 vuelta de las citadas probanzas.

En el expediente para la concesión del titulo de caballero de la Orden de Santiago a José Fernando (
ES.28079.AHN/12.2.1//OM-CABALLEROS_SANTIAGO,
N.5294), aparece referido en la pag. 91 vuelta el testamento de su bisnieto Fernando Antonio de Mier Escandon donde este se reconoce hijo legitimo de Fernando de Mier y Polonia Escandon Mier, nieto de Fernando de Mier y María Sánchez de Cosio y bisnieto de Fernando Pérez de Mier y Mencia de Buelna “dueños y señores que fueron de la Casa de Mier en donde en el presente vivo en su antiguo solar”.

Un origen legendario: los Mier como descendientes de los Vela (1)

1. Introducción

En su obra LA NOBLEZA DEL VALLE DE PEÑAMELLERA
[1] D. Juan Antonio de Trespalacios y Mier dice que “En el valle de Peñamellera de arriba, y especialmente en la Parroquia de San Pedro de Plecin de Alles, hay, y ha habido siempre, la constante tradición de estar enterrado en dicha iglesia parroquial, en un sepulcro al lado del Evangelio, el Conde Don Vela, quien se retiró a este valle en sus últimos años, y que habiendo tenido sucesión el hijo o hijos que dejó, (...), se establecieron y quedaron en dicho valle, y que de ellos tuvo origen la casa de Mier, sus descendientes y parientes. De esta tradición no puede dudarse, porque, además de que la vemos correr entre los que hoy viven, el mismo Juan de Caso nos lo dejó escrito el año 1717 (…)" [2].

En relación a las afirmaciones de Trespalacios, asumimos que las genealogías son instrumentos que deben ser manejados con sumo cuidado y espíritu crítico. Es habitual que, en el marco de sus estrategias de poder y prestigio social, las familias vinculen sus ancestros con algún personaje heroico de la antigüedad. Su reconocido interés genealogista, su vinculación personal con la cuestión, la circunstancia de tratarse de una referencia tardía y la ausencia - salvo por lo que referiremos más adelante - de otros testimonios documentales que vinculen a los Vela con la Casa de Mier, nos obligan a ser cautos.

No obstante, ello no implica que podamos negar cualquier fiabilidad, valor histórico o autoridad a la tradición, sin analizar antes su verosimilitud. La historiografía y el método histórico también han reconocido el valor histórico de la leyenda (entendida como narración tradicional basada en sucesos reales transformada), la tradición oral y el folclore (entendido como "antigüedades populares").

En lo que a la vinculación de los Vela con el linaje de Mier y Peñamellera, de momento hemos de conformarnos con lo que al respecto se refiere en la referida obra de Juan Antonio de Trespalacios y Mier, el testimonio que dejó Trespalacios de un "librito" escrito en 1717 por D. Juan de Caso, cura parroquial de Santa Maria de Ruenes
[3], la obra de del Padre Francisco de la Sota [4], y según refiere Trespalacios, una tradición constante y que "la vemos correr entre los que hoy - 1794 - viven" [5].

Con posterioridad y hasta donde nuestro conocimiento alcanza, los escasos autores y obras que se han referido a esta cuestión – los Vela, los Mier y Peñamellera -, se han limitado a reproducir las afirmaciones de Trespalacios, sin aducir mas argumentos que la autoridad y antigüedad del citado texto, y la cita de los dos únicos documentos que parece que vinculan a los Vela y Peñamellera: la permuta entre Vermudo III y los Condes Piniolo Fruelaz y Aldonza Ordoñez del año 1032 y las Actas del supuesto Concilio de Oviedo de del año 1115, en las que aparecen unos Vela, como acompañantes del Conde Rodrigo y representantes de las Asturias de Santillana .

Con todo, una cuestión nos persuade a reconocer cierto valor histórico a la tradición referida por Trespalacios. Estigmatizados por la épica castellanista de traidores y asesinos a raíz de sus enfrentamientos con los Condes de Castilla y la implicación en la muerte del Infante Garcia en 1028/29, no acertamos a justificar que conveniencia podía llevar a inventarse en el siglo XV precisamente esa vinculación.

(sigue)

[1] LA NOBLEZA DEL VALLE DE PEÑAMELLERA. Obra concluida en Córdoba el 1 de mayo de 1794, publicado en Gijón 1981 en BIBLIOTECA ASTURIANA.MONUMENTA HISTORICA ASTURIENSIA XI.

[2] Obra cit. pag. 15

[3] TRATADO DE LAS CASAS Y APELLIDOS DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS Y MONTAÑA DE SANTANDER de D. Juan de Caso, cura de Ruenes, 1717, obra hoy desaparecida y severamente criticada por Trespalacios obra cit. pag 2, Prefacio.

[4] CHRONICA DE LOS PRINCIPES DE ASTURIAS Y CANTABRIA, 1681, que ubica a los Vela en Peñamellera.

[5] Obra cit pag. 6, Advertencia.
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